La relevancia de la profecía cristiana bíblica en la actualidad

1. Introducción a la profecía cristiana bíblica

La profecía cristiana bíblica evidencia el resultado final del comportamiento humano a nivel individual o colectivo, claro que dominado por el designio divino inicial. Se trata de la revelación de una dicha condición sensible o no sensible que ocurre durante el tiempo veritativo "t", no debe ser confundido con la prospectiva. Por la particularidad del evento, carece de la pretensión de hacernos discernir la acción desde el ex ante o presenti; pero sí que intenta infundirnos un conocimiento cierto anteri ante perpetuum que nos predispone a un mejorex post futurum sobre la base del yo futuro según Bacon.

La primera revelación, conocida con mayor propiedad como Antiguo Testamento, es dada a través de un paso cultural que instauró el servicio sacerdotal para desarrollar el culto religioso. La segunda, conocida como Nuevo Testamento, es dada por un modelo central para anular las distancias culturales ergonómicas impuestas para relacionarse con la imagen insaturada de Dios dentro del modelo del amor erastiano. El Antiguo Testamento fue dado por Dios para establecer una relación filio-servicial con los seres creados hasta el retorno del Amanuense. Esa condición durará hasta la destitución de la administración hebrea durante la Gran Tribulación en la que cada individuo de la Tierra-esposa recibirá dos posibles castigos eternos. En cambio, el modelo instituido por el Nuevo Testamento demanda un compromiso efectual como evidencia de una relación que durará desde su instauración hasta por la eternidad; si se cumple la condición pos-parusíaca conocida como record.

Dentro de la cosmovisión cristiana, la revelación divina escrita que se contiene en las páginas de la Biblia es dada por Dios con el propósito de establecer una relación filio-servicial con los seres creados a su imagen; función conocida con la terminología de espejo. Aunque se presenta en una sola Biblia compuesta por dos Testamentos, distinguimos dos períodos teocráticos dispuestos por el Creador con propósitos distintos que demandan de un discipulado distinto.

Profecía Cristiana

1.1. Definición y concepto de profecía en el contexto cristiano

Abundantes metatextos aluden al significado de esta fórmula clave en clave política, entre ellos, podemos citar los del lector Díaz-Plaja, J. (1980:343-344), que subraya que "Dios está dispuesto a salvar Jerusalén a condición de que sus habitantes vivan con auténtico amor a la justicia, de que manifiesten abundante caridad en su trato de las instituciones sociales", y concluye que en la profecía de Jesús destruye y renueva señalar "ningún lugar doble, sino el porvenir mediáticamente más próximo del imperio romano, corto ya sentara un principio de pureza en el que pudieran desarrollarse más plenamente la de Roma por parte de Judá", ya que, por el contrario, 459 b; •. funcionarios judíos para la organización de !da más directamente, contra aquellos cambios de ~ que afectaban a todos y no sólo a un sector concreto de sus gentes.

En general, y bajo cierto prisma, la profecía se entiende como un don de Dios del anuncio de acontecimientos futuros, que sólo Dios conoce por anticipado. Sin embargo, si conocemos con cierto rigor el contenido de la Biblia, sabremos que la previsión y anuncio de acontecimientos futuros es sólo uno de los posibles ámbitos de la profecía, el bueno, que llamamos la fuerza profética: el auténtico carisma de profecía no está en la simple anticipación de sucesos, ni necesariamente en el abierto rechazo a la comporta, pero, también bajo este sentido, la profecía tiene una que hablar a un tiempo nuevo, y debe saber anticipar los acontecimientos y arbitrar soluciones.

2. Profecías cumplidas en la historia

Cuando leemos las Sagradas Escrituras, nos encontramos con pasajes proféticos que otro buen número de pasajes cumplidos en la historia el Antiguo y Nuevo Testamento relatan acontecimientos de los cuales ya se tiene conocimiento con evidencias científicas que apoyan su cumplimiento, o simplemente con pruebas históricas muy claras de que ciertamente sucedieron (conviene mencionar que muchos críticos injustificados toman como excusa citas históricas de eruditos que datan en la antigüedad para atacar la veracidad de los textos bíblicos, como si por no haberse encontrado evidencias claras hasta nuestros tiempos, tengan que tener la misma calidad los textos bíblicos y las tablillas de escritura cuneiforme. Se olvidan los críticos que Procl. Carter y Slanser existieron hace más de 800 años y Moisés hace más de 3,500 años. Afortunadamente, muchos han tomado partido por creer en esta gran Iglesia. En la Escritura, Dios argumenta que la veracidad de sus anuncios cumple el papel de comprobación de la inspiración escriturífica. (2Ti 3:16) Al esposar esta posición, el afecta su vida de múltiples formas, al vivir con la esperanza de los bellos y justos prospectos anunciados. (Ti 1)

En el Antiguo Testamento de la Santa Biblia, el Señor ordena y permite que los profetas anuncien el futuro con el objetivo de que el pueblo de Israel llegue a creer en Él y en sus promesas. Uno de los primeros ejemplos al respecto lo encontramos en Éxodo 4:29-30. Allí leemos que Aarón revela a los israelitas todo lo que el Señor le había hablado a Moisés y, de igual manera, todos los signos que había hecho. El libreto agrega que "el pueblo creyó; y cuando oyeron que Jehová había visitado a los hijos de Israel y que había mirado su aflicción, se inclinaron y adoraron" (LBLA). La herramienta profética cumplió así sus objetivos al contribuir a que los israelitas se prepararan y fueran felices al descubrir que se acercaba el día de liberación por el que clamaban.

2.1. Ejemplos destacados de profecías cumplidas en la Biblia

La Profecía de Daniel acerca de Ciro de Persia, complementa la oferta de salvación de Dios, precisando con ciertos rasgos personales, eviten el estupor de los destinatarios humanos (en este caso judíos radicados en el exilio) y refuercen las prevenciones contra los dioses paganos tan elogiosos con sus favoritos; pero, además, anuncian con una marcada dosis de siglos la victoria del Verdadero Dios. Ambas profecías fueron escritas después de los acontecimientos a los que se refieren y, a su luz, se articulan sugerentes reflexiones que disciernen la bendición del Soberano Supremo, los perjuicios derivados de los dioses paganos y motivan el elogio profético y la contribución patrocinadora de los altos cargos históricos que, en consecuencia, hubiesen dañado seriamente al pueblo fiel y verdadero de Yahveh.

La profecía de Isaías acerca de Ciro de Persia, "Jahveh toma a Ciro de la diestra para someter ante él a los pueblos y desatar los lomos de los reyes" (Is 45:1A) se cumplió más de 150 años después de su pronunciamiento, pues en el año 539 a. C. las tropas persas, comandadas por Ciro II el Grande, entraron en la ciudad de Babilonia y se hicieron con su control. Esta profecía es importante porque se halla en un contexto de 200 años de oráculos enardecidos en los que el profeta denunciaba a Babilonia y vaticinaba el fin de su dominación, la liberación de los exiliados judíos y su regreso a la tierra prometida. Esto alivió enormemente a los deportados, cuyos nietos verían cumplidas las palabras del profeta. Para los cristianos es especialmente remarcable, porque ellos tienen al Nuevo Testamento o el llamado "Nuevo Pacto", del que Jesús es su consumador, como norma de fe y de conducta, además de tener un interés especial en la persona y en el ministerio de Jesús, que según la gente común era un profeta.

3. Profecías escatológicas y su interpretación

En diferentes textos, el Deuteroisaías anuncia que se oscurecerá el sol y la luna dejará de resplandecer (Is 13,10). Nah 1,5-6; Is 34,4; Jer 4,23.28; 13,19-27). Así, cuando el Señor envió la profecía de Joel (cf. J1 3,4-2' 12s; 3,4-5s) (en una cita referida después por Pedro: Hch 2,16-21), que proclamaba para los últimos tiempos acierto prodigioso según lo profetizado por algunos sin IRA (J1 3,1), que el Espíritu de profecía había de transmitir a muchos.

A un tercer título de hechos que no tienen aún cumplimiento se refieren profecías relativas al ámbito cósmico, a los astros, a fenómenos inexplicables: "habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia entre las gentes, perplejas a causa del estruendo del mar y del oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad de lo que sobrevendrá al Universo, porque los ángeles habrán de detener el peligro" (Lc 21,25-26). También añade Jesús sus palabras, que indicarían la existencia de hechos de los que no hay experiencia histórica reciente en la cual fundarse: "Ay de las que estén preñadas y de las que amamantes en aquellos días" (Mt 24,19). Estas amenazas parecen coincidir con las descripciones apocalípticas del Antiguo Testamento. Se toman como alusión a las famosas plagas descritas en algunos pasajes de la profecía de Ezequiel, pero muy especialmente al deterioro natural que simbólicamente constatan los profetas a propósito de las diferentes predicciones realizadas: la sequía, las langostas, la inseguridad de la sustentación animal, el decrecimiento natural de los recursos, el ardor del sol, la intensidad del viento, la pérdida de feracidad en la tierra, la conmoción de los astros (Am 4,6-12; 5,4-20; 9,9-13; cf. Is 5,13n, C13-16; 24,17-21; 26,18; 29,5,10; 30,26-30; 38-42; 50,3; 59,16-21; Jer 25,30-31; 30,23-24; 31,34-37; 4,11-27. 39-31; 14,12; 29-40).

12-18; Lc 21,27-28; 25-26. 20-24).

3.1. Tipos de profecías escatológicas en la Biblia

O, en la parábola de la higuera, alegato popular de la pronta venida del Hijo del Hombre, referirse a la observación cotidiana de la gente que proclamaba para anunciar la inminencia de determinados acontecimientos; aunque para Mateo, Jesús también estaría recordando el cumplimiento de las Escrituras Proféticas (24,32). Por último, es inminente, Cristo anuncia el juicio final a través de diversas parábolas como la de los talentos de unos capítulos precedentes (Mt 24,41-51) -tomada, precisamente, del propio "hijo del hombre" en Ezequiel-: Aier, Juicio final; como en los capítulos 33,10-16 y 47,24-89 o, aquí, 35,1-40,11.

Intervención divina desde un sentido cristiano, no habría más que añadir en la historia de la salvación. Respecto a este sentido, es Cristo mismo, una vez resucitado, quien profetiza, a través de los Apóstoles, la vida y misión de la Iglesia, en el tiempo que llaman "señas de los tiempos", siguiendo, a la par, el curso de la historia con una cierta concreción. Por ejemplo, en Mateo (24,6-14), Jesús avisa a sus Apóstoles de que les esperan "muchos desastres y noticias alarmantes" y les nombra síntomas ciertos ya en el alba de la Iglesia: países que se levantarán contra países, reinos contra reinos; en diversos lugares, decía, habrá hambrunas y terremotos. Todo esto será el comienzo de los dolores del parto (Mt 24,6-8). En otras palabras, en el inicio de la comunidad cristiana, en una sociedad particular, cristianidad o, lo que observaban mediante la comparación, respecto a épocas pasadas de persecución religiosa o a episodios proféticos del Antiguo Testamento que enseñaban el cumplimiento de Su Palabra.

4. Relevancia de la profecía en la vida cristiana

Pero la profecía conserva una especial relevancia signo-sacramental, pese a prescindir de signos visibles para comunicar su mensaje desde la autoridad suprema de Dios. Este carisma, más que preceder, habiendo aparecido sólo después del turbulento suceso del Sinaí, complementó con una función de mayor valor respectiva y textual, pasiva como activa, pasando de ser en el sistema carismático del espectacular sonando del tambor; a exigir en el profético, un soplo de fe (Can 241). Al igual que en la evangelización verbo-divino-verbal del apóstol, el escrito-carismático por excelencia, el mensaje se revela grimal escrito lejos están del "yo" del mensajero y del populismo ya que no depende de las interpretaciones de lo que se oye.

La relevancia de la profecía para los individuos cristianos deriva de su importante contribución a la exégesis litúrgica, contemplativa y más crucialmente, pastoral-misionera. La enseñanza profética, responsable de despejar tantas zonas o torres donde se escudan entidades demoníacas tales como la incredulidad y la idolatría, es el cimiento gracioso de la apostolicidad (Ef 2,20), base de la comunión de la Iglesia y de la misión eclesial en el mundo. No olvidemos además el respeto profético de los orígenes de la fe, inexcusables en cualquier contexto.

4.1. Impacto de las profecías en la fe y la práctica religiosa

Profundizando aún más en la revelación, concretamente en sus fuentes, Fraijó (2001) afirma: "Las fuentes de la revelación auténtica cristiana se constituyen explícita y totalmente por los Evangelios y por todo lo que en ellos está comprendido. Lo explícito del hombre-pequeño e inseguro es retirado por las contemplaciones y añosos rezos del convento". Pero ¿qué impide, el asombroso don de la profecía que sobrepasa incluso la filosofía y que en los interrogados desconcierta más que los testimonios físicos más asombrosos, es también un don divino? En el ser, ni el ojos que a ana, sino en una actividad (¿profeta? ¿lo tradanima? no resiendenjos Wil lis; mosismo ne no residera la actividad como si Nicilocs. la Ramodel de la facultad, prostatose por desconocida en aguaistaas, pero se dedro paulo que produjo áa) la Lucifer, sin que alumnanece la agravio anace haecer tres de licartes qu determinar, considerados por genos Heguire do adiunueality dass aeneras de Lozus do Legio?.

Aquello que debe ser entendido es el pecador, no así lo último (De divina Scientia, 1.11). Ahora bien, según nuestro Santo, el católico es como el cristiano profético en un aspecto, porque sólo en razón de los carismas da alguna importancia a aquellas Escrituras bíblicas que no descuidan, "exprime y dolosa tradición histórica, el lomiso sigsidoog; se dejó de lado de tantas ambigüedades silmos neo proféticas. Y por esto es prometido".

Al abordar el concepto de las profecías propiamente bíblicas (en contraposición a las manifestaciones proféticas en las seudoreligiones) es imprescindible mencionar a San Agustín (354-430 d.C.), quien consagró un conjunto de libros a la interpretación bíblica, entre ellos "De divina Scientia" y "De civitate Dei", en los que abordó sistemas proféticos dependientes todos ellos del hebreo, y que han sido indiscutibles para la Iglesia, sobre todo a partir del siglo XII. Afirma que, procediendo adecuadamente, puede hallarse en ellas la salvación, pero insiste en el principio del conocimiento profundo del hebreo. Del hebreo conocido cuando se escribieron o durante un cierto período, se puede conocer el verdadero sentido de los textos proféticos. Reconoce que el profetismo cristiano existe, pero entiende que es el mismo Espíritu que inspiró a los profetas de la Biblia el que inspira a los escritores bíblicos y a los reveladores cristianos. No tienen, por tanto, una revelación nueva, sino un carisma de exposición. La visión o "vis visionis" es siempre in vita eterna, mientras que la revelación ("revelatio") por la cual los hombres la entienden, la reciben éstos aquí en la tierra (Enchiridio, XX).

5. Profecías y eventos actuales

a) Sabemos de hechos perpetrados por la masonería que vienen denunciados por prácticamente todas las verdaderas apariciones marianas de los últimos dos siglos. Dichos hechos, irónicamente, dan pretexto a la masonería para protagonizar eventos y aportar soluciones lamentablemente erróneas y allanar el camino a dictaduras -casi a dictaduras comunistas-; a despreciar y perseguir a la madre y al hijo de Dios, y facilitar el desarrollo del pensamiento ateo o neo-gnóstico-panteísta que es masón. b) Con todas las cosas que pensamos y ponemos en el comercio de manera constante como recuerdos y sinfonolas, ¿podemos seguir sosteniendo todo el dinero "suelto" hasta hoy en un bolsillo? b.1) ¿Dejaremos atrás abiertas las puertas para el dinámico desarrollo de la mentira, el robo, la vanidad, el egoísmo, la lujuria, la crítica, el aborrecimiento, la pereza, la temeridad y tornar-mantenernos ingustos? b.2) ¿Estaremos permitiendo el desarrollo del discernimiento y criterio para nuestra vida? ¿Dar lecciones o ser un ejemplo positivo y proporcionar "palabras justas y oportunas" que guían por un camino recto y nunca nunca llevan al error aunque cuesten un esfuerzo.

¿Qué pensamos de todos los hechos ocurridos correspondiendo a cada una de estas profecías? Sólo podemos decir que "felicidades, es grande la puesta en escena". El guión -juzgando por las reacciones, debates, análisis, pensamientos e incluso organizaciones mundiales- sigue dando "Excelentes Resultados". ¡Está dando en el blanco! Es mundialmente efectiva. Que se lleva a cabo en academias, casas y comercios. Imponiendo nuestras actitudes, miedos, ideas, criterios, gustos y deseos ambientando todo a nuestro alrededor y hasta en aspectos tan profundos que a veces nos afecta incluso en nuestra manera de ser o determinar cuáles van a ser nuestras actitudes.

5.1. Relación entre profecías bíblicas y acontecimientos contemporáneos

Que el Tercer Reich de Hitler, la Alemania nazi, se involucrara en un conflicto de dimensiones mundiales no les cogió por sorpresa a esta cantidad de apologistas. Basados en un texto apocalíptico, los abanderados del imperio británico intuyeron que Alemania acabaría invadiendo Rusia. Posteriores textos proféticos, como el de Daniel, fueron interpretados como uno de los eslabones que unirían el avance alemán por Europa Occidental con las referidas ofensivas prusianas. Las reflexiones anteriores son obra de Philip Alexander, especialista de la Universidad Cristiana de Oxford que pide cautela desde el escepticismo científico-histórico a la hora de buscar siempre campos de relación entre las fuentes escritas y la realidad actual.

Los apologistas, defensores, de la Biblia han sostenido que resulta "sencillo" encontrar un nexo causal entre determinadas profecías bíblicas y los acontecimientos acaecidos en la centuria pasada. Según estos defensores, los sucesivos conflictos político-militares que sacudieron a Europa tenían ya sus antecedentes en los textos bíblicos del Apocalipsis de Juan. De este modo, se llega a conclusiones como la siguiente, esbozada a finales de los 30 [año 1939] por el archienemigo británico de Hitler, Churchill: "Nunca fue profecía más adecuada del moderno alemán y su vida económica, tanto industrial como terrestre. Además, en ambas, en la carta y en el libro, fueron profetizadas con gran detalle casi todas las fases del renacimiento prusiano, las agresiones bárbaras y violentas en nombre de Hitler para obtener ‘lebensraum’ para un pueblo que se ganase la vida con el sudor de los demás".

6. Críticas y debates sobre la interpretación profética

Claro que también ha habido críticas a estas visiones más conservadoras. La tendencia más pasajera ha sido a ver en cualquier desgracia un "signo de los tiempos" que señala la pronta parusía. En cambio, quienes exigiendo silencio ante estos fenómenos entendían "parusía repentina" como efectivamente inminente -lo que choca además con el requisito de "porvencimiento del plazo"- suelen aceptar algunas predicciones históricas cumplidas en el pasado septiembre de 70 a.C. Van compuestas por por lo menos los años necesarios para que la persona en cuestión haya nacido, alcanzado la pubertad y firmado el primer decreto oficial de importancia; es decir, ocho años, ya que según el texto bíblico mandó buscar en 12ª año, por algún evento religioso que algunos sugieren que pudo ser la desecración de Jerusalén tras las derrotas frente a los ejércitos macedonios en actuaciones terrestres así como navales en Salamina (año 333) e Izos (año 332).

Debido a la enormidad de literatura disponible y a la existencia de múltiples escuelas exegéticas, he considerado oportuno no reproducir aquí el intercambio de críticas, no sin antes mencionarlas. La interpretación bíblica en general se ha visto sometida a recientes desarrollos hermenéuticos que suponen un auténtico cambio de paradigma. Ello ha sido particularmente intenso en el área de los profetas, que son habitualmente quienes parecen haber emergido en su epocalidad. El avance de los estudios en el ámbito de la literatura veterotestamentaria, y la aplicación de los avances tecnológicos en las ciencias auxiliares (como el uso del ADN en la reconstrucción de genealogías, aunque mucho que digamos que en 2018 no se había llegado a ninguna conclusión rotunda, puede que ya las haya) así como las nuevas perspectivas hermenéuticas que han tenido por objeto particular al libro de Daniel, han mostrado algunas ideas más verosímiles que las que se defendían hace apenas dos décadas.

6.1. Perspectivas teológicas y discrepancias en la interpretación de la profecía

Lackey declara en este sentido que el Antiguo Testamento implica paradosis con su anuncio constante de eventos predichos por Dios, y garantizados por la autoridad del mismo YAHVÉ a tal nivel de detalle, que se interpreta la certeza del cumplimiento, como una señal de la divinidad del autor de la profecía. El cumplimiento de las predicciones del Antiguo Testamento, y la convicción de cómo se realizarán Adventes, presenta algunas desviaciones palpables del patrón de cumplimiento en los libros proféticos escritos en el siglo II a. C., pero eso ya es ir más allá del propio propósito de este estudio. Summon a Study on the Origin and Refinement of the Antecedent Traditional Language.

Como afirma Hapner, reconocer la autoridad de la Escritura es tan importante para los cristianos bíblicos que a menudo pone todo el énfasis en el contenido de la revelación, en lugar de en la forma en que la revelación llegó a salvar a los pueblos, ya sea por medio de fenómenos milagrosos o concretos u otros medios diversos. El énfasis debe estar más en el contenido de la revelación que en la forma específica de la revelación. Otro aspecto a considerar es la participación en la majestuosa revelación de Dios, o parte de un desarrollo tan impresionante en la historia misma, como para ser tomado en sí mismo por algo sagrado. La teología de la encarnación afirmaría que todo lo que toma a la historia es sagrado y Dios no podría desglosar el contenido del registro histórico ni pedir que nos unamos a La Parusía todos los días con un cierto sentimiento para unirnos a ella cuando esa revelación plena ha terminado. Al mismo tiempo, la teología de la encarnación reside en el hecho de que la revelación está completa y plena en el hijo de Dios, en la revelación de Jesucristo, en su persona y su obra, siendo variadas las formulaciones en la Escritura. Sin embargo, en un punto nuclear, es la plenitud de la revelación de Dios en la persona y su obra redentora, en la Encarnación de Dios y el propósito salvífico unido a ella. El Nuevo Testamento da paso a un período en el que el acontecimiento histórico es definitivamente pasado y el conocimiento completo de la futura Parusía no está disponible en la fe (y la teología).

7. Profecía cristiana y otras tradiciones religiosas

Por todas estas razones, la profecía cristiana y muy especialmente la bíblica no es una más, y quizás la más, en el ramillete de tradiciones religiosas. La razón capital es doble: 1) Únicamente en el ámbito de las religiones se ha quebrado comprensiblemente el diálogo entre la divinidad y el hombre, establece ciertamente en este terreno con la Verdad con mayúsculas, repetiremos después las directrices que la filosofía de la ciencia mente ayudado. 2) De cuantas religiones pregonan textos revelados a sus fundadores, únicamente las tres monoteístas; realmente en esta materia de Palestina, Palestina y Arabia, ambas aledañas a la Mesopotamia ocupada por las más innovadoras y fecundas civilizaciones de la historia, Egipto y Canaan-Sumeria respectivamente (ejercen un magisterio universal) puedan fundamentar adecuadamente a las demás religiones no monoteístas; no sólo por la riqueza de sus monumentos literarios calificados de canon, pero es que encima y al contrario de las demás.

En el seno de las religiones del sudeste asiático: hinduismo, budismo, etc., la gran profusión de los creyentes subyugados a buscar personalmente, si se puede, la liberación por un camino más o menos místico, lo cual crea una formidable red subterránea difícil de abarcar. Por no hablar del 50% del mundo que en China, con su confucianismo oficial (no religión en occidente, aquí mero "acate a la costumbre, sistema ético del "pueblo elegido"), taoísmo (gracias al cual compatibiliza admirablemente por ejemplo el taoísmo con el cristianismo oficial, piedad, santos y vírgenes en ambas religiones pero ¡cosa distinta de lo que entonces significaba la palabra "virgen"!), y el milenario leguminismo popular, compartiendo, por ejemplo, con Grecia estatuillas en honor de sus héroes, incluso de Scorpio o del infinitamente fecundo pene y milagrosa eyaculación de Buffle (pescador, cazador, tigre,...).

Y habiendo aquí al caso presentar someramente al menos algunos puntos comparativos: en el ámbito de las religiones monoteístas: judíos, cristianos, musulmanes, bahá'ís... Aunque diferenciados formalmente de todos ellos, pequeños núcleos de notables personalidades han establecido comunidades con el fin de cooperar al restablecimiento del Reino Milenario en la tierra. Esto significa una contribución mística individualista planteada más allá de las clásicas comunidades o iglesias.

7.1. Comparativa de la profecía cristiana con profecías en otras religiones

La revelación y la teología cristianas exigen la comprensión de la revelación divina realizada inconfundiblemente en la historia concreta de un pueblo. Si estudiamos la aclaración posterior a la manifestación, veremos la pervivencia de tiempo anterior y condición para nueva manifestación. Examínase el contenido, y ahí se habla de las cristiandades. Pero la nueva manifestación, la última que quiso hacer en este mundo, la prevealado tenemos que ir directamente a la Biblia homologada por la Iglesia católica; este último añadido nos revela que Jesucristo no se manifestará de ahora en adelante. Hay una sola revelación. "Recta ratio, sive rerum constantia est".

En general, todas las religiones tienen profetas y sus relatos acerca del fin del mundo y de los tiempos a veces pueden parecerse a los del Nuevo Testamento. Sin embargo, estos últimos tienen una especificidad que no se halla en ninguna otra parte. En efecto, no hay en el Nuevo Testamento ni en la tradición apostólica especulaciones acerca del fin del mundo ni tampoco hay investigaciones históricas, filosóficas o científicas que puedan llevar a la idea de una destrucción final del mundo. Las cartas y el Apocalipsis evocan a veces el último día del Señor pero siempre a propósito de las vicisitudes humanas, como la muerte, y nunca históricas; la revelación de Jesucristo, de la que hablan, y la escatología de que se ocupan son plenamente religiosas.

En otras religiones también existen las profecías, como ilustra el caso del islam, pero ni las profecías bíblicas ni las extrabíblicas tienen el mismo peso que las de la tradición bíblica y apostólica ni están justificadas del mismo modo. Así, el acontecimiento de lo que es inusitado e imposible conforme a los recursos totales del hombre comunica una atestación de ser de la divinidad y al mismo tiempo una confirmación de la palabra, un sello que garantiza la verdad de lo revelado verbalmente.

8. Profecía y ética cristiana

En cuanto a la profecía cristiana, la suya es la Buena Nueva del Reino de Dios, la opción decidida por un mundo diferente, más justo y definitivo al de los sistemas políticos y económicos temporales (bamja) que rigen el mundo; la cita mira el horizonte del mundo enfermo y herido de muerte que juzga, desvela y anuncia el Reino como novedad al mundo viejo; mira a la comunidad, recordándole que es un pueblo nuevo llamado a ser signo del Reino a través del ser y hacer; y mira a la Historia abierta a la iniciativa del Dios definitivamente bueno con suavidad, paciencia y no-violencia. Vaticano II no es algo aislado de la vida de la Iglesia, sino que es la culminación de más de 50 años que van desde el tomismo del quienes suotipos de título de Concilio inicial, pasando por una corriente de evangelización que quiere liberar a la Iglesia de teologismo funcional, el asedio y la caída del rector temporali en el nuevo horizonte marco legal de la libertad religiosa con el liberador camino de tin, música, o con Gaudium et Spes, escrita desde el Concilio.

La profecía, su sentido y su finalidad, dejan claro que la relación entre la profecía bíblica y la ética cristiana es necesaria: los profetas, en nombre de Dios, convocaban a la conversión del corazón y del comportamiento de todos los destinatarios de su mensaje (cf. Is 1,1-17; Jer 7,1-15). La espiritualidad profética es ética, o no es [profecía]. Los profetas de Israel fueron más lejos: soñaron poder representar un ideal de humanismo: cuando hablaban de justicia, ofrecían el ideal de una Jerusalén justa (la ciudad de Dios). Ofrecían su sueño de una humanidad justa y equitativa, donde sus prácticas de vida (rito, culto) no se desvincularan del amor y de la justicia social.

8.1. Implicaciones éticas de las profecías bíblicas en la sociedad actual

En un llamado radical en defensa de la ética bíblica, todas estas predicciones son conocidas en otros contextos imperiales. Lo nuevo judeocristiano es presentar el fin del imperio en perspectiva moral. Dentro de las concepciones judías, cabe citar el libro Tercero de los Oráculos Sibilinos (SS 4299-4321), influido por el libro de Daniel y contemporáneo al nacimiento de Jesús en mitad del siglo I. Por lo tanto, para los propósitos de este capítulo, cabe considerarse tardío. En él, el libro Sibilino Católico (SS 2534-2543) se erige en autoridad aquí y sobre su trasfondo las más nuevas con el grito de alegría los primeros humanos en el nivel 3. El libro de los Siete Oráculos destaca el último partido en referencia a Pompeyo. Otro oráculo de Serapión referente a Augusto señala lo tan conocidos de su vida después de la gran guerra civil y el consiguiente establecimiento de la paz. En el nivel 7, "Virgen que parirás un varón sin haber abandonado el lecho", como alegorizado (CC 7), se refiere ya a María. En efecto, Virgilio, siguiendo la tendencia romana, narra el traslado de paz por su actitud interna y la actuación in facie esse (teóricamente internamente, pero visible; or. 19,10), que para ellos significa paz ética, con la desaparición de los signos que provocaron los dolores (vv. 136-146), seguidos de los producidos por el oro profano, que en cambio no actúa como remedio peace building (vv. 147-151). Después de haber asistido tanto a los dolores de parto de la "virgen" paz, como a la ilusión por el oro introducido por los creyentes, además de la actitud tranquila de estos con respecto a los signos, "¡buenos por ventura!" - exclama el profeta en tono de desprecio al lector-, se revela los signos maravillosos que de punnie incorregible por los muchos malentendidos en sentido adversario, de tal manera y grado que no se destinó a gentes en uso de la fe". Aunque todavía subsiste, este fragmento que algunos representaban la idea in esnsegno en que la "paz" virgiliana no correspondía ni coletizábamos ni a generaciones precedentes.

9. Conclusiones y reflexiones finales

Conscientes de esta misión y ante seres humanos finiles y prestos a entregarse a efecto de que la vida pueda nacer y observar las metas a las que así su ser aspira, el ftrerramienlo, abonan a que se construyan esperanzas a optar actuaciones que se conserven vigentes y tenga acceso a una persona cuyas fuentes no aguaden de Jesucristo. Único Salvador del Ser no por medio de una esvpoiler pri ción formal a cmdo santa entendiidar currsim cristianismo, sino a quien dc e chente a conocerlo y amante Cbc quiera formarlo, organizarlo a para el ben concreto en el orden individual ranspondeodo osIes pull-iones y sategarneotosrespon

Bien por los estudios mismos, a la zona académica, a la formación superior de nuevas competencias y a la inversión del saber más en la misión de alma manpa sino directamente para colaborar a propiciar expectativas, escenarios y conductas para actuar en futuros procesos sociales y culturales nuevos e inéditos que acaso todos y cada cumplimiento juntos se vuelven superiores a todas las fuerzas del entendimiento y no pudieren inferirse por esas vías (carta institucional, 2017).

Dentro de la conciencia de su propia llamada y misión particular, la Universidad Pontificia Bolivariana misiona por medio de la investigación, la docencia y la evangelización a ofrecer a las personas conocimientos y experiencias que colaboren al servicio de una sociedad justa, armónica y capaz de implementar sistemas solidarios, respetuosos de la vida y de los derechos individuales, en los que la economía, la política, la educación, la ciencia y la cultura sean medios de realización del ser humano, según valores insustituibles de Dios.

La profecía cristiana bíblica, como un mensaje celeste de Dios, es una bendición inmensa para creyentes profundamente interesados en la discriminación de los tiempos y los procesos previos a la segunda venida de Jesucristo. No obstante, de manera intrínseca resulta implicativa para todos los seres humanos debido a que la cadencia profética y el desarrollo profético de la historia del planeta atañe en el orden personal. No es lo mismo participar de eventos aciagos en todo sentido, con antelación o prevención profética, que irse sobrevenidos repentina e inesperadamente.

9.1. Síntesis de la importancia continua de la profecía cristiana en la actualidad

El mundo de la Biblia, influido por la cosmovisión de la época, entiende que la historia tiene un fin que no depende directamente de la trayectoria individual del hombre, sino de Dios. Toda una serie de metáforas intentan expresar el fin último de la historia: juicio, apertura del futuro, venida del reino, realización de la voluntad divina, resurrección de los muertos, salvación, glorificación, redención, etc. El NT mantendrá la convicción de que la realización de la historia pertenece a Dios: según la profecía del AT y la tradición apostólica, debemos atenernos al esquema preestablecido por Dios. Dependerá de la situación concreta cómo se presentan unos hechos significativos - anuncio de un embarazo inminente, crisis financiera, temor a movimientos antisociales, etc. - que la reflexión general del cristiano sea capaz de percibir aquel esquema regido por Dios.

En la actualidad, el ser humano se encuentra frente a una variedad de opciones que requieren discernimiento. Como cristianos, el discernimiento puede alcanzar niveles más exigentes, ya que se busca comprender e interpretar el mundo a la luz de los valores evangélicos. Tanto a nivel personal, como comunitario, nacional e internacional, debemos enfrentar problemas cada vez más complejos que demandan, muchas veces, decisiones de fondo. En este punto, la enseñanza profética de la Escritura aparece como una de esas instancias decisivas. Ella no tiene como fin primario predecir el futuro, sino informar del mundo y de la presencia de Dios en su conducción.

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